Un día cualquiera, pero aquí en nuestra bella y hermosa ciudad “el D.F. “¿a que le podemos llamar un día cualquiera?
Todo iba normal un día de trabajo en domingo, se podría decir que todo es tranquilo, claro es fin de semana, la gente está descansando para continuar con su rutina de trabajo el siguiente día lunes, pero….hooo sorpresa, no saben lo que podemos ver en un día así, bueno en la mañana por eso de las 10:30 am. el sistema de transportes llamado metro, muy lleno, claro nada novedoso siendo una ciudad muy poblada que ya no se hace extraño que en fin de semana estuviera como si fuera un día entre semana.
Todo transcurriendo normal, en una tienda departamental totalmente de prestigio, me toco ver a un chico, edecán muy guapo, que fue retirado de la tienda porque ignoró las palabras del de seguridad, jajá (quieren ver la historia, chéquenlo arriba).
Una señora como de unos 45 años con una super mini, que digo chiqui falda, pero bueno lo único que se le veía era una gruesa piel colgante,la celulitis, y várices.
Como eso de las 7:10pm. Todo normal, comprando el boleto del metro, como mucha gente pagando de $3.00 pesos $5.00 y $10 pesos y ho sorpresa, la cajera “no tenia cambio”, pueden creerlo, y no tenía que darme mucho tan sólo $35 pesos de cambio, ¿es mucho?, ¿con quién me podría quejar? Veamos…. No , no creo que haya quejas, sino creo que estaría saturado en buzon o la línea de quejas….que quería, que pasara “gratis “, por fortuna logre juntar $3.00pesos para un solo boleto.
Gran cantidad de gente esperando el metro, ya saben domingo ya es igual a un lunes o martes, todos corriendo y peleando por un lugar en el vagón, al seguir el camino entra algo, le pega en la pierna derecha de una mujer y al voltear se encuentra con un hueso de mango, todos volteando imaginandose ¿De donde salio?, pues lo aventaron por la ventana, que gente inconsciente, que no piensa que puede ocasionar algún accidente.... no sé que pase por sus cabezas.
Pero bueno niños peleandose por un lugar, jaja, deberian de ver cada que viajen en el metro como reacciona la gente al ver que hay solo un lugar desocupado, por lo menos los haran reir un poco.
Todo concluyo con un rico pastel de tres leches, acompañado de una taza de cafè, disfrutando de la tranquilidad en la casa, esperando otras aventuras del dia siguiente.
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